Ya de vuelta de vacaciones, os presento una reflexión:
¿Habéis practicado el Silencio este verano?
En el entorno laboral, pocas veces podemos parar y pensar en el silencio: el día a día es rápido, nos obliga a actuar, a responder, a dar pasos hacia delante…
¿Y cuando nos comunicamos? ¿Practicamos el Silencio? Muchas veces hablamos de forma automática, “lanzamos” mensajes sin parar, a veces sin pensar demasiado en nuestras palabras, improvisamos… parece que el silencio no está permitido.
Por ello, me apetece animaros a incluir más Silencios en vuestra vida.
El Silencio que propongo es doble: “silenciar” nuestra boca y “silenciar” nuestra mente. Y os invito a practicarlos en vuestra Comunicación. Se trata de mantenernos enfocados al 100%, obligando a nuestra mente a vaciarse de cualquier pensamiento y a centrarnos en la conversación, sin interrumpir.
¿Qué beneficios nos aportará el doble Silencio?
- Escuchar mejor a los demás, haciéndoles realmente protagonistas de la conversación.
- Poner el foco no solo en las palabras, sino también en la intención del interlocutor.
- Leer e interpretar el lenguaje del cuerpo de los demás: de quien habla y del resto del equipo.
- Evitar prejuzgar o preparar nuestra respuesta: nuestra mente estará atenta hasta el final.
- Congelar nuestro diálogo interior. Nuestro cerebro estará enfocado en una única tarea, siendo así más productivo.
- Ganaremos mayor bienestar y energía.
Este post es más cortito para que tengáis más tiempo de reflexionar sobre el Silencio. ?
¡Nos vemos pronto!