¿Eres formador interno?
¿Mentorizas a tu equipo tras las formaciones?
La mejor forma de asegurarnos la transferencia laboral es realizar un mentoring a cada persona durante 6 meses, como mínimo, después de la formación.
Hemos trabajado con Cambra de Barcelona con un equipo muy implicado de personas con quienes hemos consensuado una nueva forma de trabajar. Y me alegra compartir esta fotografía donde uno de los participantes realiza en directo una formación al equipo.
¿Cuáles son las etapas para asegurarnos buenos resultados?
Dos etapas que se complementan.
En la primera etapa, FORMACIÓN, nos basamos en 4 fases:
1ª Fase
Planificación: es la clave del éxito. ¿Cómo aseguramos que cumpliremos los objetivos de la Formación? Por supuesto el primer paso es definir los objetivos SMART adecuados al público específico.
Para ello, es crucial conocer a quién vamo a impartir la formación, sus intereses, su histórico, sus expectativas. Ello nos ayudará a personalizar nuestras sesiones, creando un clima de aprendizaje donde cada persona se sienta única y motivada al cambio.
En esta fase también hay que ser consciente de las metodologías que vamos a utilizar. Como sabemos, los métodos interactivos son los más efectivos porque el foco está en el alumno. Por ello, siempre aplico la ley de Pareto en mis formaciones: 20% teoría (métodos expositivo y demostrativo) y 80% práctica (métodos interrogativo y colaborativo)
2ª Fase
Diseño: es el momento de dar forma a los contenidos, crear las dinámicas y ejercicios que reforzarán lo aprendido. ¿Cómo conseguimos mantener a nuestros alumnos implicados y comprometidos? ¿Qué herramientas digitales puedo introducir para practicar en directo todo lo compartido? ¿Cómo impulso las ideas de los participantes para enriquecer la sesión?
3ª Fase
Impartición: Es verdad que los formadores somos evaluados en esta fase y a priori, parece la fase más decisiva y retadora. Por mi parte, deciros que cuando he planificado y diseñado a conciencia una formación, me siento tranquila y emocionada ante la impartición. Porque quiero comprobar cómo puedo contagiar mi entusiasmo por mejorar a todos los participantes, porque quiero que lo disfruten y por supuesto, quiero aportarles valor y ayudarlos a crecer profesionalmente.
Además, siempre aprendo muchísimo de todos en las sesiones. ¡Momentos de gran aprendizaje y gratificación!
4ª Fase
Evaluación: Parece que cuando llega el final de la formación, ya no nos queda tiempo para hacer la evaluación, ¿verdad? Pues tengo buenas noticias, la evaluación no debería hacerse al final, sino a lo largo de las sesiones. ¡Sí! Para confirmar que estoy comunicando bien a mi público, que los aprendizajes son interiorizados y que empiezan a aplicarse correctamente.
A medida que transcurre la sesión, las dinámicas y las interacciones son “mini-evaluaciones” donde puedo hacer balance, tras cada tema, de cómo se han interpretado los mensajes y de cómo estoy respondiendo a las necesidades de los participantes. Por supuesto, también, recomiendo una evaluación final, que incluya los 3 primeros niveles de Kirpatrick: satisfacción, aprendizaje y comportamiento.
Y en la segunda etapa, nos centramos en el MENTORING.
En este momento, podremos completar el 4º nivel de evaluación de Kirpatrick, con una valoración cualitativa y cuantitativa de los resultados obtenidos.
Una vez en la empresa, el acompañamiento de cada persona nos garantiza el cumplimiento total de los objetivos: transferir todo lo aprendido al puesto de trabajo y ganar seguridad en nuestro rol.
Recomendamos una sesión semanal de 30 minutos, donde el mentor y el mentee seguirán su Plan de Mentoring, en base al plan de acción definido tras finalizar la formación.
Este camino, formado por estas dos etapas, Formación y Mentoring, es un camino apasionante para todo el equipo, ya que a medida que vamos avanzando, vamos ganando bienestar y productividad en paralelo.
¡Os animo a iniciar el camino y a disfrutarlo!