Hablamos mucho de empatía como habilidad indispensable para fomentar una relación de calidad con otra persona.

Sabemos diferenciar perfectamente cuándo una persona tiene un comportamiento empático y siempre lo valoramos positivamente. Por 3 razones principales:

  1. Porque acepta que podemos tener otra opinión aunque no la comparta.
  2. Porque la empatía va asociada a sentirnos escuchados.
  3. Porque nos sentimos valorados.

 

¿Aplicamos estos 3 elementos con nosotros mismos?

  1. ¿Nos damos permiso para opinar diferente?
  2. ¿Escuchamos nuestro diálogo interior?
  3. ¿Sabemos valorarnos?

 

La autoempatía está conectada con el autocuidado emocional.

Las exigencias externas son tan altas que las priorizamos frente a nuestras necesidades internas.

Aprender a cuidar nuestra mente nos ayudará a ganar autoconfianza y a incrementar nuestra fuerza interior.

¿Cómo potenciar la autoempatía?:

  1. Empieza el día con auto-aceptación: seguro que hay tareas en las que vas a brillar y otras más costosas para ti. Disfruta de ambas: las primeras nos sirven para reforzar nuestra autoestima y las segundas para aprender, salir de nuestra área de confort y crecer personalmente.
  2. Escucha tu cuerpo y tu mente: ¿por qué siento nervios en el estómago? ¿Me exijo demasiado? Recuerda que nuestro diálogo interior negativo aumenta nuestro cortisol y nos impide trabajar con calma y con consciencia.
  3. Celebra tus éxitos al final del día: pequeñas recompensas nos ayudan a autovalorarnos: una cena especial, tu serie favorita, un buen libro, caminar… ¡Felicítate por aquello que has hecho bien!

 

A partir de ahora, te invito a trabajar la empatía contigo mismo y comprobarás que, de forma natural, fluirá una empatía hacia tu entorno.