Hablamos mucho de empatía como habilidad indispensable para fomentar una relación de calidad con otra persona.
Sabemos diferenciar perfectamente cuándo una persona tiene un comportamiento empático y siempre lo valoramos positivamente. Por 3 razones principales:
- Porque acepta que podemos tener otra opinión aunque no la comparta.
- Porque la empatía va asociada a sentirnos escuchados.
- Porque nos sentimos valorados.
¿Aplicamos estos 3 elementos con nosotros mismos?
- ¿Nos damos permiso para opinar diferente?
- ¿Escuchamos nuestro diálogo interior?
- ¿Sabemos valorarnos?
La autoempatía está conectada con el autocuidado emocional.
Las exigencias externas son tan altas que las priorizamos frente a nuestras necesidades internas.
Aprender a cuidar nuestra mente nos ayudará a ganar autoconfianza y a incrementar nuestra fuerza interior.
¿Cómo potenciar la autoempatía?:
- Empieza el día con auto-aceptación: seguro que hay tareas en las que vas a brillar y otras más costosas para ti. Disfruta de ambas: las primeras nos sirven para reforzar nuestra autoestima y las segundas para aprender, salir de nuestra área de confort y crecer personalmente.
- Escucha tu cuerpo y tu mente: ¿por qué siento nervios en el estómago? ¿Me exijo demasiado? Recuerda que nuestro diálogo interior negativo aumenta nuestro cortisol y nos impide trabajar con calma y con consciencia.
- Celebra tus éxitos al final del día: pequeñas recompensas nos ayudan a autovalorarnos: una cena especial, tu serie favorita, un buen libro, caminar… ¡Felicítate por aquello que has hecho bien!
A partir de ahora, te invito a trabajar la empatía contigo mismo y comprobarás que, de forma natural, fluirá una empatía hacia tu entorno.